Muchos y diferentes son los motivos para adquirir un perro y también son muchas las razones, más que razonables para educarlo. Porque hacerlo es educarte a ti sobre como tratar a un perro y conocer cuales son sus necesidades reales. Porque educándolo, generamos con nuestro can un vinculo muy importante, la base de toda relación, la comunicación.

             Nos sentimos mucho mejor pensando que nuestros perros entienden todo lo que decimos y todo lo que muchas veces les exigimos. Cuándo surge un problema de convivencia lo justificamos señalando que es un mal perro y que lo hace para fastidiarnos ¡¡sin duda!! Que terrible es convivir con alguien que querías querer y ahora está empezando a caerte mal. Ante los conflictos, solemos echar la culpa a los demás porque es más fácil, pero esta actitud nunca nos ha ayudado a solucionar ningún problema. El bichejo no sabe como explicarte que no te entiende, no sabe que le estamos pidiendo, ni porque nos enfadamos con tantas ganas. Para él, como parte implicada del conflicto, vive con una alta dosis de ansiedad, que le provoca desequilibrios en su modo de vida... y todo esto es más que probable que desencadene en comportamientos agresivos. Te dice a gritos que no te entiende. Estresante.
 
 

 
 

Para evitar todo esto, abogamos por una educación temprana, la educación canina es fundamental para que los conflictos no surjan. No esperemos a tenerlos para aprender. Tener un perro desequilibrado es problemático no solo para ti sino para él, para la comunidad, para los otros perros y para los señores que les desagradan los perros ¡¡les das la razón!! Los chuchos son odiosos y problemáticos.